El objeto de este correo es el de reivindicar a una generación, la de todos
aquellos que nacimos en los 80, la de los que estamos siendo actores de
algo que nuestros progenitores ni podían soñar, la que vemos que la casa que
compraron nuestros padres ahora vale 20 o 30 veces más, la de los que
tomarán las decisiones importantes en un futuro no muy lejano.
Somos la última generación que aprendimos a jugar en la calle y en los
recreos del colegio a las canicas, quemados, a las escondidas, al resorte, al
avioncito... PERO ADEMÁS somos la primera generación que jugó con
videojuegos, fuimos a parques de atracciones o vimos caricaturas a color.
Fuimos los últimos en grabar canciones de la radio en casettesy ver
películas versión Beta y VHS PERO orgullosos pioneros del walkman, el chat y los
CD´s.
Se nos ha etiquetado de generación X y tuvimos que tragarnos, Salvado por
la Campana (con todo y Screech) y Beverly Hills 90210,(te gustaron en su
momento, velas ahora...). Lloramos con Carrusel y Cirilo, y nos moríamos si no
llegábamos a ver TVO o Nubeluz.
Nosotros hemos aprendido lo qué es el terrorismo, vimos caer el muro de
Berlín y nos enteramos de golpe un 11 de septiembre de la caída de dos torres.
Aprendimos a utilizar las computadoras antes que nuestros padres y abuelos,
jugamos con el Spectrum, el tetris, el Mario Bross, vimos los anuncios de
los primeros celulares (que parecían ladrillos) y creímos que Internet sería un
mundo libre.
Somos la Generación de Xuxa, Robotech, Gi Joe, Los Halcones Galácticos, los
ThunderCats, los Transformers, He-Man y las Tortugas Ninja, Del
Correcaminos, 'Oliver y Benjí', Rainbow Brighty Rosita Fresita, de los pitufos, La
Pantera Rosa, Los Picapiedras, el pájaro loco.
Los que crecieron escuchando a Soda, Madonna, Michael Jackson y Guns ´N
Roses, Nacha Pop , Hombres G y que luego presenciaron el apogeo y desplome del
grunge junto con la muerte por sobredosis de su mayor exponente. También estaban
la onda Vaselina, las Azúcar Moreno, Los Locomía y sus abanicos.
La última generación de las botellas de a litro, de la coca-cola familiar
de vidrio y la ultima en hacer mandados en la bolsa de cuadritos para ganarnos
una lana.
La última en tirar las tortillas en plena calle y ponerlas con todo el
remordimiento del mundo en la mesa a la hora de la comida, hoy ningún niño
en su sano juicio lo haría, pensaría que tiene mil bacterias.
Este correo está dedicado a las personas que nacieron entre 1975 y 1987. La
verdad es que no sé cómo hemos sobrevivido a nuestra infancia!!!! Mirando
atrás es difícil creer que estemos vivos: viajábamos en autos sin cinturones de
seguridad traseros, sin sillitas especiales y sin air-bag, hacíamos viajes
de 10-12h y no sufríamos el síndrome de la clase turista. No tuvimos puertas
con protecciones, armarios o frascos de medicinas con tapa a prueba de niños.
Andábamos en bicicleta o patines sin casco, ni protectores para rodillas y
codos. Los columpios eran de metal y con esquinas en punta.
No había celulares!!!!. Íbamos a clase cargados de libros y cuadernos, todo
metido en una mochila o bolsón que rara vez tenía refuerzo para los hombros
y, mucho menos, ruedas!! Cuantos no recogimos del suelo nuestros útiles al
romperse la mochila.
Comíamos dulces y tomábamos juguitos o "bolis", pero no éramos obesos. Si
acaso alguno era gordo y punto. Compartimos botellas de bebidas y nadie se
contagio de nada, excepto de los piojos, cosa que se solucionaba lavándose la cabeza
con vinagre caliente, rezábamos para contagiarnos de gripa o sarampión de
nuestro mejor amigo para disfrutar de las "vacaciones".
No tuvimos PlayStation, no había 99 canales de televisión, pantallas
planas, sonido surround, mp3s, ipods, computadores e Internet, pero nos lo
pasábamos de lo lindo tirándonos globos con agua, o jugando con los playmobil. Y nunca
escuchamos sobre el calentamiento global.
Ligábamos jugando a la botella o a "verdad o castigo", no en un chat POR
FAVOR!!!! No era necesario tener fotoblog o hi, para saber si existíamos,
bastaba con chiflar la tonada de la pandilla o gritar como Tarzán para que
toda la cuadra saliera de sus casas, ni nos catalogábamos como otakus, emos,
etc.
Éramos el apio, la ojona, la chimuela, la pecosa, o cosas asi, pero todos
pertenecíamos al mismo grupo.
Éramos responsables de nuestras acciones y acarreábamos con las
consecuencias, no había nadie para resolver eso. Tuvimos libertad, fracaso, éxito y
responsabilidad, y aprendimos a crecer con todo ello.
¡Felicidades!
Pasa esto a otros que tuvieron la suerte de crecer como niños, recordemos
lo bueno de la vida. Lo fácil que es ser felices, la grandeza de lo sencillo.
No necesitamos todas esas etiquetas, todas esas superficialidades, cosas,
celulares, ropa... recordemos cómo ser niños, pero sobre todo, cómo ser
libres!!!
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